Esta humilde y extremadamente personal reflexión, es una idea que surgió una tarde de 2010 leyendo las publicaciones en facebook de mis "amigos" (cof-cof).
Pero… ¿a qué o a quienes se los puede considerar como fanáticos? Sin dar demasiadas vueltas, podemos decir que El fanatismo es una “pasión exacerbada, desmedida y tenaz, particularmente hacia una causa religiosa o política, o hacia un pasatiempo o hobby”.
Ahora bien, lo siguiente fue un paso obvio: por un lado, preguntarme ¿Por qué se da?, acaso ¿serian estas mentes jóvenes (atrapadas por el juego político) previamente propensas al fanatismo?, ¿serian solo victimas del tan nombrado “cholulismo” argentino? o bien ¿el fanatismo en si estaba tomando un nuevo rumbo? Por el otro lado, ¿sería yo una persona poco tendente al fanatismo? o ¿simplemente una "party- pooper" de agudo realismo?
Considerando que si bien la base del fanatismo es darle a la persona, algo con que identificarse, es hacerle sentirse "útil", imprescindible, cosa que efectivamente estos chicos estaban experimentando, puedo apostar lo que sea a que cinco años atrás un sentimiento similar recorría sus cuerpecitos en desarrollo por alguna que otra banda de rock y al igual que ahora, cuando otra persona les proponía escuchar una melodía diferente saltaban cual leones en defensa de lo que ellos consideraban lo único merecedor de ser oído.
Y son justamente este tipo de actitudes las que terminan de definir a un fanático, la sordera que garantiza no oír ninguna campana distinta a la que ellos consideran la indicada, la ceguera que simboliza el no querer ver mas allá de sus narices, la "seguridad" con la que defienden "la causa" y por su puesto no podemos olvidar la postura petulante que solo otorga "el pertenecer" .
A mi parecer la idiosincrasia de un país tiene mucho que ver con la propensión de sus habitantes a hacer germinar en ellos mismos un ferviente sentimiento de adulación y de pertenencia y es ahí donde está la capacidad de los gobernantes de aprovecharlo y no solo de los gobernantes sino también de los publicistas y empresarios en general, pero por otro lado también estoy segura que dentro de la masa fanática que se deja llevar y arrastrar por la condición de este país hay algunos cuyo fanatismo es mas bien conveniencia, para otros es solo un velo que apacigua su soledad o bien simple ignorancia. Y es allí donde empieza a jugar la mediocridad
Teniendo en cuenta que podemos considerar a la “mediocridad” como una especie de ignorancia capaz de convertir a una persona en esclavo de sus propias actitudes y acciones, luego de meditarlo un momento se me ocurrió pensar que quizás si bien no todo mediocre es un fanático, todo fanático puede terminar siendo un mediocre, y sin dudas puede con su sordera no advertir la suave voz interna que le dice, “etas cruzando la delgada línea”.
Los fanáticos se sienten orgullosos de serlo, orgullosos de resguardar su causa, correspondientes a un grupo, un grupo que los contiene y los eleva, se creen tan por encima que jamás aceptarán la mediocridad porque para los fanáticos no hay líneas, no hay divisiones, y con la misma altivez con la que se jactan de su fanatismo,fatalmente "ningunean"a la mediocridad, cayendo y fundiéndose día a día con ella.
El fanatismo es el opio de los mediocres...
ResponderEliminarjajaj coincido contigo anónimo! ;)
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