lunes, 7 de marzo de 2011

Ateuchus Sacer



"El escarabajo Egipcio", icono de la simbología egipcia y mi primer tatoo!
Desde aquel día en que de manos de mi tío recibí una pequeña piedrita turquesa, mi interés por este símbolo comenzó a crecer hasta el punto de llegar a convertirse en parte de mí. ¿Que fue lo que llamo mi atención? En principio, su significado, pues,simboliza "el llegar a ser" o "aquel que renace por sí mismo", la transformación constante de la existencia; y es justamente esta transformación lo que siempre he estado buscando, el anhelo de transformarme, la intención de renacer, no literalmente como lo egipcios pretendían pero si florecer en vida, reinventarme y desarrollarme. Cosa no muy sencilla de lograr, ¿verdad?
Lamentable y previsiblemente, el reinventarse puede sonar utópico para muchos, un esfuerzo sobrehumano que muchas veces se ve amedrentado por la rudeza de la realidad y los avatares del destino.
Particularmente, soy de las personas que creen que “todo” está escrito, que ocurra lo que ocurra ya tenemos un párrafo dedicado a nosotros, sin embargo, esto no quiere decir que no tengamos la capacidad de tropezar, caer y levantarnos, y con cada nueva recuperación, la oportunidad de adoptar  una nueva postura.
 Los egipcios solían poner un escarabajo sobre los cuerpos momificados de sus fallecidos con el propósito de garantizarles la vida mas allá de la muerte, mas con el correr del tiempo, fueron los vivos quienes comenzaron  a adornar su cuerpo con ellos como protección ante ese temido pero inevitable destino; cosa que  pude comprobar a través de algunas  visitas a importantes museos  donde yacen parte de las  colecciones mas grandes sobre el antiguo Egipto. El solo hecho de ver mi reflejo en los gruesos vidrios que protegían aquellos cuerpos sin vida de miles de años, intactos con sus amuletos funerarios dispuestos sobre su pecho como el ultimo día, provocaron casi como un acto reflejo que acariciara mi tatuaje en la nuca, meditando sobre mi deliberada versión libre y postmoderna de lo que tenia ante mis ojos.
 Ahora bien, mí propósito no es protegerme de la muerte, pues tarde o temprano ella me alcanzara, no reniego de la muerte, ni tampoco le temo,  simplemente en este caso específico prefiero quedarme con la idea de la resurrección, con la premisa de no caer en el uso y la creencia popular de utilizar el escarabajo como el tipico“amuleto de la suerte”- considero que el peor cinismo es creer en la suerte- prefiero más bien apelar a un “back to the basics” y darle  a la renovación eterna una oportunidad.

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