El día que me lo dijiste...bueno, ese día no me dolió en absoluto. Es decir, de alguna forma u otra te había presionado durante mucho tiempo para que te pronunciaras. Sin embargo, el efecto tardío que provoco en mi fue lo dramático, pues, aun me quema por dentro, todas y cada una de las veces que lo recuerdo, las palabras, el tono de voz empleado, la lastimosa culpabilidad con la que me hablabas...la forma que tenias de no querer lastimarme mientras me degollabas... la pulcritud con la que cometiste el crimen, la frialdad con la que me marcaste el final...
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