Y de repente la nada misma, ni siquiera una mueca, ni un latido de mas. Ni el aroma de un buen café me hacia recodar, el olvido total, la empatía fatal. Fría e insensible, cortante y olvidadiza por elección. No se despide lo que nunca existió. Y de repente era una película de esas que se ve a medias, y de repente mi reino por tu cabeza y de repente... guerra, guerra para vos.
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