Esa maldita costumbre de estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado, a la hora equivocada, pero con la persona correcta.
Andar por la vida desfasada ,como si tuviera una linea temporal propia,como si en este mundo que me construí, los tiempos no fueran los mismos que allá afuera. Como si me hubiera olvidado que el resto no vive en el mismo plano que yo, como si no me enterara que llegar tarde a veces es perderlo todo. Que la distancia se materializa en nunca mas y que el futuro es tan incierto como los recuerdos que tengo del pasado.
Que medido en tiempo real, tardo meses en activarme, que mi lentitud es reflejo de mi inseguridad y que mi inseguridad fue mi oportunidad perdida. Y que aquella oportunidad perdida fuiste vos. Y que vos no volves, o quizás sea yo la que no vuelva.
Volver, a donde? a mi? nunca me fui de mi y eso fue lo que me salvo. Porque a pesar de estar siempre a destiempo, y a pesar de siempre estar yéndome; de los lugares de la gente y hasta incluso de este envase que contiene mi alma, nunca me abandono,no del todo, no para siempre.
Y es asi que regreso, pero ya no estoy alla, ya no estas. Y una vez mas la discontinuidad, el aletargamiento, este circulo vicioso de atemporalidad. Este presente perdido,que me obliga a ser a pesar de no querer. Este volver a empezar, arrepintiéndome, de no haberte sido, de no haberme sido. Te escucho. Te miro. Te perdono tiempo, fue mala mía.